Para ser libres hay que poder elegir

"los documentos serán remitidos en formato Word, a doble espacio, etc., etc." Lo cual viene a ser, en versión electrónica, exactamente lo mismo que el anteriormente descrito "si no viene usted vestido con tal marca, ni se le ocurra acercarse a la puerta".

Esta es la manera en la que Enrique Dans nos explica en su artículo lo que está pasando con la informática hoy en día. Los ordenadores ya no son una cosa extraña que sólo usan unos pocos. Desde que se inventó el ordenador personal poco a poco han comenzado a formar parte de nuestras vidas. En pocos años el que no tenga en casa ordenador conectado a internet será como aquel que hace diez no tenía teléfono. Pero usar un ordenador no es como usar un teléfono y hay que ser conscientes de algunas cosas. Para la gran mayoría el único contacto que han tenido con un ordenador personal ha sido a través del sistema operativo Windows, de Microsoft, y de su paquete ofimático Office. De esta manera Windows ha conseguido imponer sus formatos, de documentos de texto por ejemplo (.doc), como estándares de facto. Y es debido a ello que ocurren situaciones como las que nos describe Enrique Dans, que en la administración pública se nos obligue a usar una determinada aplicación informática para comunicarnos con ella. Lo cual sólo nos deja dos opciones, o comprar dicha aplicación, con su correspondiente desembolso de dinero que no todos podamos hacer, o simplemente no nos apetezca; o piratearnos la aplicación. Como se puede observar, las dos opciones son perjudiciales para el ciudadano que quiere comunicarse con la administración. Ello nos obligará a recurrir al mal menor. La segunda opción si eres un particular, la primera opción si eres una empresa. Pero hacer poco se ha aprobado ODF como un estándard. Y existen aplicaciones libres que funcionan bajo Windows que lo soportan. Como OpenOffice, que cualquiera puede descargarse de internet de manera gratuita. Su funcionamiento es muy parecido al de Office, por lo que los nuevos usuarios podrán acostumbrarse rápidamente. La pregunta está clara ¿Tiene sentido que la administración pública ayude al hombre más rico del mundo a incrementar su cuenta corriente? Evidentemente no. Es por ello que hace falta que la gente tome conciencia de la importancia que está tomando la informática en nuestras vidas, y que de igual modo no dejaríamos que nos obligaran a vestir de determinada manera, ya que sería un atropello a nuestra libertad, el que nos obliguen a usar una determinada aplicación también es un atropello a nuestra libertad. Esto no es sólo aplicable a los formatos, si no que también el modo en que están hechas determinadas webs, que sólo se pueden ver, o hacerlo correctamente con IE, obligando a los usuarios de otros navegador como Firefox a usar momentáneamente el IE. E impidiendo el acceso a los usuarios de otras plataformas.

Repito y acabo,
LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA TIENE EL DEBER DE SER TECNOLÓGICAMENTE NEUTRA

espero vuestro comentarios