jueves, julio 12, 2007

El juicio moral depende de las emociones

¿Qué diria Kant de todo esto?

Actualización: He encontrado un artículo sobre el tema. La moral en el cerebro Copio y pego un estracto que me ha parecido interesante.

Las nuevas protagonistas en la neurología se llaman: células spindles, ínsulas, cingulate anterior y la corteza frontoinsular. No es necesario que nos aprendamos los nombres pero sus funciones en nuestros cerebros son altamente importantes. Además, son las regiones que diferencian nuestros cerebros de la materia gris de los demás mamíferos. De hecho, sólo los grandes simios, los bonobos y otros primates, poseen estas regiones cerebrales y, cuando las tienen, son diminutas en comparación con las observadas en el cerebro humano.
"Estas neuronas que forman estos circuitos aparecieron probablemente hace unos 10 a 15 millones de años en un ancestro común de los simios y los humanos. Creemos que dieron un salto evolutivo hace 100,000 años y que han desarrollado mapas emocionales para el cerebro sentimental del ser humano. El cingulate anterior, por ejemplo, que es el área más antigua, es un sistema de enseñanza que toma toda la información de los circuitos emocionales humanos y luego las envía a todas partes de la corteza cerebral para que el cerebro decida que acción tomará", explicó Antonio Damasio, neurólogo del Centro Médico de Iowa y autor del libro "Buscando a Spinoza: alegría, pena y el cerebro sentimental".
El lugar que sirve como la estación emocional para toda la información que llega desde los distintos circuitos dedicados a las emociones se encuentra al final de todos esos caminos neuronales en dos conjuntos celulares conocidos como ínsulas. Sin embargo, ha sido en la ínsula derecha frontal donde los científicos han encontrado más actividad emocional. Todas estas regiones están conectadas a través de las enormes células spindles y otros circuitos neuronales que se encargan de reproducir y de percatarse de todo tipo de sentimientos y emociones. Estas células y el área insular derecha controlan y ordenan las emociones, poseen un mapa sentimental de lo que ocurre en el cuerpo internamente y lo que pasa en el mundo externo. La enigmática región se activa cuando miramos al ser que amamos, cuando percibimos injusticias y decepción o cuando sentimos incertidumbre frente a ciertas recompensas. También cuando nos avergonzamos y, si se trata de una madre, cuando escucha a un bebé llorar. En esta área también encontramos otra región en donde se almacenan los recuerdos autobiográficos y donde hacemos conciencia de que somos una persona, un ser humano con nombre y pasado y que nos desplazamos en el espacio-tiempo que caracteriza el universo en que vivimos. La conciencia y la moral se alojan en estos lugares.